A mediados de los años 70, un coreógrafo argentino descubrió, con mucha curiosidad y amor a su hogar y su historia, la danza artística de Boleadoras.
En primer lugar intentó el baile con tres bolas, aunque se demostró muy rápido que las coreografías no eran practicables con tres bolas. Tras probar con dos bolas se abrió automáticamente un gran espectro de posibilidades coreográficas y rítmicas. Fue entonces cuando se desarrolló un baile impresionante, acrobático, artístico y virtuoso.
Las Boleadoras de hoy en día se componen de dos bolas atadas cada una a una cuerda y pueden moverse de forma separada. Es un medio de expresión musical y rítmico fogoso, lleno de fuerza y de vida.
Las bolas vuelan con una velocidad vertiginosa y con su sonido zumbante a través del aire. Éstas desorientan al espectador al que deja con la boca abierta, impresionado y envalentonado. Valor para levantarse y osar a la vida.
Todo sobre IRIS ZENKER y las Boleadoras: